La entrada en vigor del Real Decreto 56/2016, de 12 de febrero, por el que se transpone la Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la eficiencia energética en lo referente a auditorías energéticas, acreditación de proveedores de servicios energéticos y promoción de la eficiencia del suministro de energía, es un paso muy importante en la lucha contra el cambio climático,
es apoyar los compromisos adquiridos por la Unión Europea en la Cumbre de París celebrada el pasado mes de noviembre de 2015, es un paso muy importante para concienciar a las administraciones públicas y a los consejosde administración de las grandes empresas de que tenemos que corregir el rumbo para que la prestación de servicios y la producción de bienes pueda realizarse con el menor consumo energético, la incorporación de energías renovables y con un nivel de emisiones de CO2 mucho menor que el actual.
La transición hacia un modelo energético descarbonizado es ya imparable. Como dato, España emitió 320 MtCO2 equivalentes en 2013, de los cuales los sectores industrial y de servicios representan 54 MtCO2 equivalentes, aproximadamente un 17%. El compromiso de la Unión Europea de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80% y un 95% en
2050 supondrá para España, dependiendo del año de referencia considerado, que las emisiones se limiten hasta un valor de entre 14 y 88 MtCO2.
El reto es concretar las medidas a implementar para conseguir esta reducción, que necesariamente pasará por cambiar los sistemas de transporte a base de hidrocarburos por movilidad eléctrica, sustituir las fuentes de energía de origen fósil de las actuales centrales térmicas para producción de electricidad por fuentes renovables y aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética para reducir el consumo sin afectar a los objetivos de producción ni a la calidad de los servicios.
Precisamente a esto último contribuirán de manera decisiva las auditorías energéticas, a las que obliga el Real Decreto 56/2016, que pondrán de manifiesto los potenciales de ahorro energético en los sectores industrial y de servicios y propondrán medidas de mejora que, de implantarse, se estima que podrían suponer una reducción del 2,6% de las emisiones en dichos sectores.
El cambio climático es una realidad que ya nadie niega y se espera que progresivamente irá ganando peso en la opinión pública, por lo que el camino es tratar de conseguir esos objetivos con un gran consenso político, económico y social, pues es algo que nos afecta y afectará cada día más a todos independientemente del ámbito donde se desarrollen nuestras actividades.
Real Decreto 56/2016 Ver PDF